1.1 El despertar bíblico
Sin ninguna duda, en las últimas décadas se ha producido un gran despertar bíblico entre los católicos. La lectura de la Biblia va dejando de ser algo reservado a nuestros hermanos de las otras Iglesias o grupos cristianos. Prueba de esto es la multiplicación de ediciones católicas de la Biblia en todos los idiomas y más concretamente en español. Además se multiplican los círculos y encuentros de iniciación y reflexión bíblica.
Se trata de un hecho sumamente positivo que tuvo su aval y su mejor estímulo en el II Concilio1 Vaticano concluido hace 25 años. ¡Cómo no va a ser positivo que se conozca en forma directa la Palabra que fundamenta y alimenta toda nuestra fe!
Esa Palabra que, en buena parte -lo que nosotros llamamos Antiguo Testamento -es leída y venerada también por los judíos.
Sin embargo, el entusiasmo inicial por la lectura de la Biblia se transforma no pocas veces en una especie de decepción. "Yo leo la Biblia pero no la entiendo": esta es una expresión que suele estar en labios de personas muy sinceras y llenas de buena voluntad. Como consecuencia, a menudo se abandona aquella lectura.
1.2 Ejemplo de un texto bíblico para el estudio.
Para comenzar el estudio bíblico utilizaremos métodos sencillos. Primeramente utilizaremos como ejemplo la siguiente lectura bíblica:
(Hechos 8,26-40)
Para buscar una cita bíblica haremos 3 pasos:
1- Identificar el libro: (en el caso cuando se utilizan abreviaturas)
Hechos de los Apóstoles
2- Ubicación del libro:
En el nuevo testamento y como referencia: después de los 4 evangelios.
3- Referencia numérica:
Capitulo 8, versículos del 26 al 40
FELIPE BAUTIZA A UN ETÍOPE
“Un ángel del Señor se presentó a Felipe y le dijo: «Dirígete hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza; no pasa nadie en esos momentos.» Felipe se levantó y se puso en camino. Y justamente pasó un etíope, un eunuco de Candaces, reina de Etiopía, un alto funcionario al que la reina encargaba la administración de su tesoro. Había ido a Jerusalén a rendir culto a Dios, y ahora regresaba, sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate a ese carro y quédate pegado a su lado.» Y mientras Felipe corría, le oía leer al profeta Isaías. Le preguntó: «¿Entiendes lo que estás leyendo?» El etíope contestó: «¿Cómo lo voy a entender si no tengo quien me lo explique?» En seguida invitó a Felipe a que subiera y se sentara a su lado. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: Fue llevado como oveja al matadero, como cordero mudo ante el que lo trasquila, no abrió su boca. Fue humillado y privado de sus derechos. ¿Quién podrá hablar de su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra. El etíope preguntó a Felipe: «Dime, por favor, ¿a quién se refiere el profeta? ¿A sí mismo u a otro?» Felipe empezó entonces a hablar y a anunciarle a Jesús, partiendo de este texto de la Escritura. Siguiendo el camino llegaron a un lugar donde había agua. El etíope dijo: «Aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?» Felipe respondió: «Puedes ser bautizado si crees con todo tu corazón.» El etíope replicó: «Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.») Entonces hizo parar su carro. Bajaron ambos al agua y Felipe bautizó al eunuco. Apenas salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y el etíope no volvió a verlo. Prosiguió, pues, su camino con el corazón lleno de gozo. En cuanto a Felipe, se encontró en Azoto y salió a evangelizar uno tras otro todos los pueblos hasta llegar a Cesarea.”
Palabra de Dios, te alabamos Señor
Video:
1.3 Pasos para el estudio del texto bíblico
Para estudiar este texto bíblico utilizaremos un método fácil usando como base las 5 preguntas:
1- Los personajes con sus características que se menciona en el texto bíblico
- Un ángel del Señor: un mensajero (Sobrenatural).
- Felipe, un diacono nombrado por los apóstoles (Hechos 6, 1-7), enviado a Samaria.
- Un etíope, (cara tostada) un eunuco (hombre castrado, cuidador de doncellas y ascendido como administrador del tesoro de la reina de Etiopia)
- El Espíritu, El Espíritu Santo
2- Momento en que sucede el texto bíblico
- En el nuevo testamento, después de la venida del Espíritu Santo, cuando los apóstoles predican en otras regiones.
3- Ubicación geográfica
- Jerusalén capital de Israel
- Gaza, Samaria, Azoto, Cesarea son ciudades de Israel
- De Samaria a Gaza hay 100 km aproximadamente (Hechos 8,4-8)
- De Etiopia ubicada en la parte norte de África
4- Existe relación este texto bíblico con otro texto bíblico?
- Si, el libro del profeta Isaías 53,7-8 del antiguo testamento
5- Mensaje principal.
En este último podemos interpretarlo de diferentes formas y para descubrir el mensaje podemos hacer diferentes preguntas que podemos compartir con los demás:
a) ¿Hemos tenido alguna experiencia donde hemos sentido de que Dios nos habla a través de alguien para hacer alguna tarea? Explica brevemente.
b) ¿Somos obedientes sin pedir razones, cuando nos mandan hacer alguna tarea dentro de la casa, lugar de estudio, trabajo o la Iglesia? ¿Que actitud tomamos?
c) ¿Sabes escuchar y estas siempre listo para hacer lo que Dios pide? ¿Que impide prestar atención?
d) ¿Crees que Dios encuentra la forma de alcanzar a alguien que realmente quiera conocerlo usando a personas para ayudar a entender las sagradas escrituras? ¿Crees que este estudio bíblico es una forma?
e) ¿Qué crees que sea las principales dificultades para leer la Biblia?
f) ¿Qué estamos haciendo y qué podemos hacer nosotros para ayudar a los demás a superar dicha dificultad?
g) ¿Cuál es el mensaje principal que te enseña este texto bíblico?
1.4 Propósitos para desarrollar lo aprendido
Es necesario poner en práctica lo que hemos aprendido con el texto bíblico y durante esta semana podemos hacer algunos de los siguientes ejercicios:
1- Lee Isaías 53,7-8 junto con otra persona y pregúntale: ¿Qué quiere decir el texto bíblico? Y expresa lo que tú sabes. Y así puedes hacer con otras personas.
2- Ayuda a un niño que le tenga dificultad en leer la biblia y léele la misma cita bíblica (Hechos 8,26-40) en forma de un cuento y hazle preguntas de lo que ha entendido.
3- Busca los acontecimientos actuales de los lugares mencionados del texto bíblico y has una oración por los misioneros, por las personas que en estos momentos pasan dificultades en esos lugares.
1.5 Anexo
1.5.1 La necesidad de una "iniciación"
Hay que reconocer que la Biblia no es un Libro fácil. No lo fue nunca y tampoco lo es ahora. En mayor o menor grado a todos nos pasa lo que le sucedió a aquel funcionario de la reina de Etiopía que volvía de Jerusalén leyendo al profeta Isaías: ¿Cómo lo Puedo entender, si Nadie me lo explica?".
Una traducción comprensible es muy importante y es lo que se ha intentado con muchas Biblias. Pero no basta. Necesitamos que nos inicien y nos guíen en la lectura de la Biblia. O sea, que nos hagan entrar en el mundo de la Biblia, que fue escrita -sobre todo el Antiguo Testamento- en épocas y ambientes tan distintos de los nuestros.
Entonces, ¿será la Biblia sólo para "iniciados"? Sí y no. No, si entendemos por "iniciados" a una minoría selecta con muchos conocimientos intelectuales. Sí, si nos referimos a una iniciación por lo menos elemental, semejante a la que se necesita para manejar un automóvil o desempeñarse en cualquier trabajo.
1.5.2 Por la iniciación a la vivencia
De todos modos no se trata de oponer una lectura "científica" de la Biblia a otra llamada "espiritual". Por supuesto, lo importante es en último término descubrir el mensaje siempre actual de la Biblia y su aplicación a nuestra vida: "¿Qué nos dice Dios aquí y ahora a través de esos viejos textos de otros tiempos y lugares?".
Precisamente, para lograr esto como es debido, no queriendo hacer decir a la Biblia lo que nosotros queremos que diga, se hace necesaria una suficiente iniciación. De lo contrario, los textos de la Sagrada Escritura pueden confundirnos y hasta desconcertarnos. Incluso, pueden llevarnos a conclusiones completamente gratuitas y fantasiosas, cuando no contrarias a la verdadera fe. Es lo que sucede con algunas sectas2 tan extendidas en todas partes.
A esta finalidad responde el presente estudio, que podrá servir de base tanto a la lectura personal de la Biblia cuanto a la que se realiza en forma grupal. Desde luego existen otros libros y escritos elaborados con el mismo fin. Es de esperar que todo esto nos ayude a "leer" los textos bíblicos para "vivir" la Palabra contenida dentro de ellos.
1.5.3 La "Palabra de Vida" por excelencia.
Es muy importante para el estudio bíblico la Biblia, un cuaderno de apuntes, un lápiz y la buena disponibilidad para que el Espíritu Santo actúe en nosotros y podamos vivir y comprender la Palabra de Dios con humildad.
Nuestra Iglesia exhorta a todos los fieles cristianos a que adquiramos no solo la Biblia, sino también otras fuentes con base bíblicos, como el catecismo de la Iglesia católica, documentos de conferencias, encíclicas, etc.
1.5.4 Para leer y comentar
• “Mientras Jesús estaba hablando, una mujer levantó la voz de entre la multitud y le dijo: «¡Feliz la que te dio a luz y te crió!» Jesús replicó: «¡Felices, pues, los que escuchan la palabra de Dios y la observan!» Lc. 11. 27-28
• “En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los tuétanos, haciendo un discernimiento de los deseos y los pensamientos más íntimos.” Hebreos. 4. 12
• “Hermanos muy queridos, sean prontos para escuchar, pero lentos para hablar y enojarse, pues la ira del hombre no realiza la justicia de Dios. Por eso, rechacen la impureza y los excesos del mal y reciban con sencillez la palabra sembrada en ustedes, que tiene poder para salvarlos. Pongan por obra lo que dice la Palabra y no se conformen con oírla, pues se engañarían a sí mismos. El que escucha la palabra y no la practica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era. Todo lo contrario el que fija su atención en la Ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla.” Santiago 1. 19-25
1.5.5 Para orar
"Conservo tu Palabra en mi corazón, para no pecar contra ti" Salmo. 119. 11.
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